Al hablar sobre pérdida de memoria, lo relacionamos con los conceptos de “demencia”, “Alzheimer” y  “demencia senil”. Sin embargo, es importante aclarar dos temas, el primero: demencia senil es un término que se usó equivocadamente hace muchos años para referirse a los adultos que tenían pérdida de memoria, explicando que aparentemente era asociado a la edad. El uso de este término, adicional a “normalizar” la pérdida de memoria, no especifica ni describe su causa y características. Al respecto, viene el segundo punto a aclarar: la demencia tipo Alzheimer NO es la única demencia que existe, se han descrito más de 7 tipos de demencia.

Si bien la demencia tipo Alzheimer es la que en mayor porcentaje sufren las personas que padecen de demencia, se encuentran adicionalmente: demencia vascular, demencia mixta, demencia frontotemporal, demencia por cuerpos de Lewy, demencia por hidrocefalia, demencia en la enfermedad de Parkinson, entre otras.

La pérdida de memoria es lo más característico de las demencias, no obstante, no todas inician con este síntoma. Algunas inician por un compromiso en el lenguaje, otras por cambios en el comportamiento, presencia de alucinaciones, dificultad para razonar y tomar decisiones, por ejemplo. Adicional a una pérdida progresiva en la independencia.

Por este motivo, es crucial contar con una evaluación desde diferentes especialidades médicas, dentro de las cuales está neuropsicología, para evaluar el estado cognitivo de la persona, determinar si sí es una demencia y qué tipo es. Lo anterior es fundamental para dar un apropiado manejo desde lo médico y terapéutico.

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Escrito por

María Paula Hurtado B.

Neuropsicóloga

Neuronapsis